UN DÍA EN MADRID

Día 19 de abril (viernes)
Ruta: Madrid

Hoy comienza una nueva aventura. Descubrir los sitios ocultos de Madrid y que no hemos tenido oportunidad de ver por falta de tiempo.

Hoy, tratamos de comportarnos como viajeros que han llegado recientemente a la capital, por cualquier medio de transporte: coche, bus, tren, avión o autocaravana.

Sin más comenzamos. Nuestro primer destino es El Panteón de Hombres Ilustres, para llegar viajamos en bus hasta la Estación de Atocha, luego cinco minutos andando hasta la calle Julián Gayarre, 3, Retiro, 28014 Madrid (GPS N40.4061697 W3.6845886). Los horarios son: 10:00-14:00 y 16:00–18:30 horas. La entrada es gratuita.

Llevamos muchos años con la intención de venir a ver este monumento que pertenece al Patrimonio Nacional, pero siempre nos echaba para atrás porque no se podía fotografiar en su interior. Recientemente la Directora de los monumentos que pertenecen al Patrimonio Nacional ha dado la orden de levantar esa absurda prohibición de impedir sacar fotografías en el interior de los monumentos, no tenía ningún sentido y creo que dañaba muy gravemente la publicidad de estos lugares, porque lo que no aparece en internet, en estos días, es que no existe.

La fotografía de interiores sin flash no daña los monumentos, las obras de arte del Patrimonio Nacional no tienen copyright o derecho de autor porque la propiedad pertenece a todos los españoles y porque la hemos pagado con nuestros impuestos y los mantenemos con las aportaciones del Presupuesto del Estado.

Gracias a esta medida hemos visitado ya, el Palacio Real de La Almudaina, El Monasterio del Escorial y ahora el Panteón de Hombres Ilustres, hemos tenido la oportunidad de documentar fotográficamente. Estamos seguros que en un tiempo muy corto vamos a visitar la totalidad de monumentos que administran en el Patrimonio Nacional para dar las gracias por esa medida y os invito a todos vosotros a visitarlos, fotografiarlos y celebrarlos. Mientras, trataremos de intentar que esto mismo se haga el Museo del Prado, única de las grandes pinacotecas que aún no se pueden fotografiar, es un absurdo, pero seguro que pronto lo conseguimos.

El monumento quiere evocar la grandeza y la memoria de personalidades ilustres, comparativamente con el Panteón de París o el de Lisboa, este, es irrisorio. El edificio, finalizado en 1899, es una joya arquitectónica de estilo neobizantino, cuyo diseño es obra del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, quieren responder a dos de las invariables de finales del siglo XIX: la arquitectura historicista y la escultura funeraria. Aquí reposan trece personajes ilustres de la historia política y militar española en sepulcros realizados por renombrados escultores. Entre los personajes que podemos encontrar están, entre otros, Antonio de los Ríos Rosas, Antonio Cánovas del Castillo, José Canalejas, José de Palafox, Francisco Castaños, Juan Prim y Manuel Gutiérrez de la Concha. Destacan los sepulcros esculpidos por Mariano Benlliure y Agustín Querol.

Como dato curioso, cabe destacar que en el patio del panteón se encuentra la verdadera estatua de la Libertad, se presentaba con un gorro frigio, coronada con rayos solares, pecho semidesnudo, portando en su mano izquierda un cetro y en la derecha un yugo roto sobre el que apoya un pie, y termina el grupo escultórico un gato. En el Mundo Antiguo los esclavos liberados se usaban un gorro de forma cónica conocido como gorro de liberto y que se convirtió en el símbolo de la libertad. Este gorro fue adoptado por los revolucionarios franceses en 1789, difundiéndose por toda Europa y América como símbolo del régimen republicana y la libertad. La Estatua de la Libertad neoyorquina fue obra del escultor francés Bartholdi como regalo de Francia a Estados Unidos con motivo de la celebración del centenario de la independencia en 1876. Pero la estatua llegó diez años tarde, ya que hasta 1886 no fue inaugurado el monumento.

La estatua de Bartholdi se inspira en su pose a su vez en una estatua de una dama egipcia que presentó para presidir el canal de Suez y que fue desestimada. El francés estaba obsesionado con la monumentalidad de Egipto y aunque la estatua americana tiene treinta y tres metros de alta y la madrileña tiene solamente dos, posiblemente Bartholdi se inspiró en la libertad madrileña para realizar la coronación de la suya, puesto que otra estatua de la libertad que está en Madrid, también obra de Ponzano, porta la diadema de rayos, (cuando lo normal era que la libertad se representase con el gorro frigio o pileus). Esta es la estatua de la libertad que podemos ver en el frontón del congreso de los diputados creada en 1848. La estatua de Ponzano forma parte de un mausoleo que acoge los restos de, entre otros, el político liberal Mendizábal, el presidente de Las Cortes de 1841, Argüelles, y el jurista Calatrava.

A la salida y muy, muy cerquita se encuentra Real basílica de Nuestra Señora de Atocha, aunque está totalmente reformada, pero conserva la virgen que actualmente todavía tiene mucha devoción entre los fieles.

La Real basílica de Nuestra Señora de Atocha se encuentra situada en la avenida de la Ciudad de Barcelona, número 1 (GPS N40.405712 W3.683139). Entrada gratuita. Horarios: 7:45-14:00 y de 17:00-20:30 horas.

En 1890, se encarga el proyecto de la nueva Basílica de Atocha a Fernando Arbós Tremanti, que fue comenzada entre 1924 y 1926 por Emilio Antón Hernández en estilo romano oriental. El 20 de julio de 1936, durante la Guerra Civil, convento e iglesia fueron incendiados, perdiéndose todas las obras de arte excepto la imagen de la Virgen de Atocha que se había ocultado previamente.

Entre 1946 y 1951 se llevó a cabo la reconstrucción de la iglesia, aprovechando los muros existentes,

La Basílica tiene una nave única, capillas laterales y galerías entre contrafuertes, bóveda rebajada con lunetos y camarín semicircular en la cabecera. La fachada a los pies, de corte clasicista, está rematada con frontón triangular y flanqueado por dos torres con chapitel de pizarra al estilo de los Austrias. La zona conventual, de planta en 'L', se adosa a la cabecera formando un claustro de planta cuadrada.

La imagen de Nuestra Señora de Atocha es una escultura de pequeño tamaño, en madera sin policromar, de estilo tardorrománico, pudiéndose fechar entre los siglos XIII-XIV. Representa a María sedente en un trono bajo, con el Niño sobre la rodilla izquierda y una manzana en la diestra. La figura de Jesús bendice a la vez que sostiene un libro.

A lo largo de la historia, la devoción y agradecimiento de las gentes, hicieron que la imagen se enriqueciera con joyas y diversos ornamentos, variando su fisonomía; así, en pinturas y fotografías antiguas se ve a la imagen con rostrillo, coronas metálicas, mantos y mucha mayor altura, como si fuese una imagen de vestir.

La reina Isabel II atribuyó el haber salido ilesa de un atentado llevado a cabo por el cura Merino contra su vida a un milagro de la Virgen, y regaló a la imagen dos coronas cuajadas de brillantes y topacios, con un rostrillo a juego, junto con el manto real de terciopelo y armiño bordado en oro. Estas joyas se custodian habitualmente en el Palacio Real de Madrid y se exhiben excepcionalmente en grandes ocasiones.

En la basílica también se encuentra una talla del Santo Niño de Atocha. Está situada en la parte posterior izquierda de la basílica según se mira hacia el altar mayor.

El Niño aparece vestido de peregrino con la “concha de Santiago” y sostiene una cesta con alimentos. Se representa así por una leyenda que se remonta al Madrid medieval bajo la ocupación musulmana. Esa leyenda cuenta que en Atocha, muchos cristianos estaban en prisión debido a la fe que profesaban. Como los carceleros no alimentaban a los prisioneros, las familias les traían los alimentos. En una época, el califa emitió una orden que consistía en que nadie excepto niños de doce años o menores podía traer alimentos a los prisioneros. Aquellos que tenían niños jóvenes podían mantener con vida a sus familiares

Capilla de Santo Domingo de Guzmán fue inaugurada en febrero de 2024 para acoger en ella la pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán y una talla del santo, obra de Luis salvador Carmona.

Desde aquí, vemos justo enfrente esta la Real Fábrica de Tapices, enseguida se nos enciende la luz porque estamos seguros que se puede visitar y no tenemos información de primera mano de este prestigioso centro.

La Real Fábrica de Tapices se encuentra situada en la calle Fuenterrabía, 2, Retiro, 28014 Madrid (GPS N 40.4061947 W 3.6830437). Los horarios son en visitas guiadas que tienes que reservar en el teléfono 914340550 o por e.mail: visitasmuseo@realfabricadetapices.com. Lunes a Viernes 10:00h, 11:00h, 12:00h y 13:00h.

Llamamos y enseguida nos contestan que hay dos plazas para la visita guiada a las 13,00 horas, precio con tarifa reducida de jubilado 5 euros. ¡Pues dicho y hecho!, lo reservamos.

La historia comienza con Carlos III y la dirección de Antonio Rafael Mengs que la fabricación de tapices experimenta su época más brillante. El checo, nombrado desde su llegada a España primer pintor de cámara del rey, introduce un concepto neoclásico en la composición no exenta del pintoresquismo que ahora se va a aplicar a temas de costumbres, escenas, tipos y paisajes españoles, producto del influjo de la Ilustración. Esto obedece a la necesidad de fabricación en España al haber perdido los dos centros más importantes de fabricación dentro del Corona Española en Amberes y Bruselas.

La Real Fábrica de Tapices tiene encomendada, la función de conservar alfombras y tapices del Patrimonio Nacional, siendo responsable de su restauración y traslado. Esta labor lleva aparejada una serie de aspectos técnicos específicos, muy especializados en la actualidad en lo que se refiere al análisis, limpieza y restauración, incorporando las últimas innovaciones tecnológicas en sus procesos, pero sin descuidar la labor manual en la reintegración o teñido manual. Hay que resaltar, por tanto, los aspectos de futuro de la Real Fábrica en estas funciones de conservación del patrimonio histórico.

La visita es un viaje en el tiempo y es difícil de imaginar que un grupo de personas todavía sigue trabajando, confeccionando y restaurando alfombras y tapices como se han hecho toda la vida, con nudos a la turca o a la española, con los mismos métodos, los mismos hilos, colores, es un viaje fascinante que nos ayuda a entender muchos aspectos cuando pisamos nuestras mullidas alfombras o vemos colgados esos preciosos tapices.

Nuestro siguiente punto se encuentra en la plaza de Tirso de Molina, donde nada más salir del metro vemos la Taberna de Tirso de Molina, distinguimos que su interior es muy chulo y esta recientemente restaurado siguiendo tradición madrileña de este tipo de negocios dedicados a la restauración del centro de Madrid. Vemos un menú del día (14,90€) donde ofrecen unos conjuntos de platos que llaman mucho la atención por los nuevos nombres y salsas. La verdad es que la comida no es nada del otro mundo, creo que no lo repetiremos nunca.

Nuestra intención es ver la Real Basílica de San Francisco el Grande, aunque son las 15,30 y no abren hasta las 16,00 horas, marchamos andando por todo el centro de Madrid hasta que llegamos al mercado de la cebada que se encuentra totalmente precintado, con lo que era este mercado. En el camino, pasamos por la plaza de Carros, advertimos anunciado y abierto el Museo de San Isidro, en la antigua casa de los Vargas, pues nada…vamos a ver que nos ofrece.

El Museo de San Isidro o museo de la historia de Madrid es de carácter municipal y se encuentra situado Pl. de San Andrés, 2, Centro, 28005 Madrid (GPS N40.4120525 W3.7112778). Horario: 10:00-20:00. Entrada gratuita.

Lo primero, nos sorprende mucho la cantidad de restos arqueológicos que hay en Madrid y que pasan desapercibidos por muchos y sobre todo que en Madrid se hubiera encontrado un magnifico mosaico romano, aquí podemos verlo.

Valentín Quintás Ripoll llevó a cabo el proyecto integrando elementos originales, como la capilla de San Isidro levantada en el siglo XVIII, el pozo donde cayó el hijo de San Isidro (también uno de los pozos que se disputan la ubicación del referido milagro), del cual fue salvado por la oración del santo, y el patio, con los escudos de la familia de los Lujanes.

Lo más destacado es la Capilla de San Isidro con sus pinturas murales que cubren las bóvedas fueron realizadas por Zacarías González Velázquez. El óvalo central representa la apoteosis de San Isidro, y en la bóveda de la nave aparecen dos ángeles que sostienen una corona de laurel mientras otros dos presentan una banda con la inscripción: «Hice dormivit in domino» («Aquí durmió en el Señor»), aludiendo a la tradición según la cual el santo murió en este lugar. El retablo es del siglo XVIII, de madera pintada imitando mármol. Un arco de punto alberga una escultura de madera policromada que se encuentra en la capilla desde el año 1663.

Además del pozo y la capilla, merece destacar la reconstrucción del patio renacentista del siglo XVI, que fue desmontado por la ruina del edificio, y que se ha reconstruido en parte, siendo una pieza única junto al del patio del Colegio Imperial en la calle de Toledo, con una perspectiva muy interesante desde sus galerías, y un bello patio en el centro.

En la primera planta del Museo se celebra la exposición “San Isidro. 400 aniversario de su canonización”. Nos muestra numerosas obras relacionadas con San Isidro y con su mujer, Santa María de la Cabeza. Un importante conjunto de obras que apoyan y profundizan en el conocimiento de los más variados aspectos relacionados con San Isidro, algunos muy conocidos y otros no tanto.

Desde aquí es imposible perderse porque la carrera de San Francisco nos da la imagen de la cúpula más bonita y más grande de Madrid. Dicen que es la cuarta por dimensiones del mundo, pero creo que oficialmente es las séptima.

Llegamos a Real Basílica de San Francisco el Grande, situada C. San Buenaventura, 1, Centro, 28005 Madrid (GPS N 40.410488 W 3.716021). El horario es por la tarde de 16,00 a 18,00 horas. Las visitas son guiadas y el precio reducido de jubilado son 3 euros.

El guía es único y te vas incorporando en una de las capillas donde este en ese momento, luego va haciendo como una rueda, siempre pasa por los mismos lugares y cuando llegas al extremo donde entraste pues puedes abandonar la visita guiada. También puedes visitar la iglesia por libre. Aunque nosotros lo hacemos un modelo guiado porque hay datos y detalles que se nos hubieran escapado, aunque en algunas ocasiones parecía una cinta grabada, aunque guía si admitía opiniones o aclaraciones.

Qué decir de esta iglesia, tanta veces vista en fotografías y nunca habíamos tenido la oportunidad de verla en su interior, es verdaderamente magnifico. Monumento Nacional de Estilo Neoclásico posee un gran Valor Histórico, Pictórico y Arquitectónico. La cúpula con 33 mts de Ancho y 58 mts de altura es solemne y te quita la respiración. Su Planta con su Altar Central está rodeada de 6 capillas, donde puedes ver Pinturas de Goya, Zurbarán, Alonso Cano, Lucas Jordán etc. Esculturas de Mármol Blanco de los 12 Apóstoles, una de ellas realizada por Benllure. En sí, la iglesia a San Francisco de Asís por Madrid en su peregrinaje a Santiago de Compostela.

En la sacristía, y corredores se han instalado un museo donde se pueden ver 51 cuadros (con numerosos depósitos del Museo del Prado), entre otras piezas artísticas. Las obras pictóricas de mayor valor corresponden al barroco español e italiano, con obras de Francisco Ribalta (San Jerónimo), Francisco de Zurbarán (San Buenaventura recibiendo la visita de Santo Tomás de Aquino), Vicente Carducho (Papa arrodillado y escenas al fondo), Alonso Cano (San Antonio de Padua), Artemisia Gentileschi (Jesús y la samaritana) y Luis Tristán (El descendimiento). Se exhiben, además, cuatro lienzos del pintor belga Gaspar de Crayer.

Una vez en el exterior, estamos rotos, es como cuando viajamos, no paramos hasta poco antes de desfallecer. Todavía nos queda un último lugar, hemos leído que recientemente han montado una exposición en el edificio de la SAGE, tengo entendido que es una oportunidad de ver el interior de este edificio modernista, además, de la exposición.

Para llegar, justo enfrente hay una parada del Bus 3 de la EMT que nos lleva directamente hasta la plaza de santa Bárbara, y luego son 100 metros hasta el Palacio.

El Palacio de Longoria se encuentra situado en la calle de Fernando VI, 4, Centro, 28004 Madrid (GPS N 40.4254692, W 3.6981162), es muy complicado su visita y solamente se puede ver en ocasiones muy importantes y poco publicitadas.

Palacio es muy llamativo con una impactante fachada art nouveau, sede actual de una Sociedad de Artistas Españoles, pero es mucho más interesante su interior, con una escalera difícil de imitar.

Cuando llegamos vemos que aunque nuestro interés es por el interior del edificio, en estos momentos se celebra la Exposición ‘¿Bailamos? 125 años de danza en España', Como podéis imaginar se muestran los trajes y complementos de las mejores coreografías celebradas en España, homenajea a bailarinas de leyenda, como Tórtola Valencia, Pastora Imperio o Antonia Mercé ‘La Argentina', nacidas a finales del siglo XIX, junto a los más actuales referentes del baile español, como Jesús Carmona y Rocío Molina. Y así hasta casi una treintena de nuestros nombres más prestigiosos: Mariemma, Antonio Gades, Víctor Ullate, Nacho Duato, Sol Picó, Antonio Najarro… Además, exponen verdaderas obras de arte relacionadas con la danza de: Joan Miró, Antoni Tàpies, Rafael Alberti, Mariano Benlliure o Herminio Molero.

Del interior del Palacio de Longoria lo más destacado, que podemos ver, es su escalera imperial circular de mármol blanco, sustentada por una estructura y grandes columnas de hierro forjado con una elaborada barandilla de bronce ornamentada con girasoles de vidrio emplomado y coronada por una cúpula de cristales de colores vibrantes atribuida a la casa Maumejean.

Aquí terminamos nuestra visita, solamente nos queda recogernos y ponernos como deberes de descubrir estos lugares de tú ciudad que por falta de tiempo o interés no has podido visitar a lo largo de tus días.

Hasta la próxima!

-FIN-

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Ángel López

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