Día 13 de junio (viernes)

Desde que tengo autocaravana su !Rum Rum! me parece música celestial. Antes cuando viajaba en avión era un momento memorable cuando despega el súper Yumbo 747 Mega Top, en ese momento critico cuando todo vibra, los compartimentos parece que van a descolgarse, los arcones del catering quieren quedarse en el aeropuerto, las ruedas del tren de aterrizaje botan y botan, la luz se apaga, el aire acondicionado deja de fluir por las toberas para aumentar la potencia del motor. Ahora después de unos años que ya no viajo en avión lo hago en autocaravana, es más o menos lo que siento cuando comenzamos el viaje, cuando despegamos y salimos de la ciudad me siento que estoy en el cielo volando, cuando cojo un bache, suenan los cubiertos y las sartenes, siento el mismo ruido que escuchaba a los arcones de los catering del avión. La diferencia es que ahora soy yo quien pilota ese “Súper Yumbo 747” y he convertido el Rum Rum, Chat Chat, Clac Clac, en poesía:

Me gusta el !Rum…..Rum…! de mi pasión.

Siempre me gusta el !Rum……Rum…….!, de mi corazón,

me gusta el !Rum…….Rum mm..!, de mi motor,

Siempre me gusta el !Rum…… Rum ..!, de mi temblor,

me gusta el !Rum….Rum! de viajar,

Siempre me gusta el !Rum…Rum! al despertar.

Salimos por la A-1 con destino al área de autocaravanas en el camping Refugio de Pescadores de Covaleda; cuyas coordenadas son: N 41º55'31"// W 2º52'9" ; Teléfono : 975 37 01 66 . El precio de pernocta es de 11,37 euros, más luz y niños; total 24 euros, desde 18,00 a las 10,00 horas.

Cuando llegamos nos encontramos la puerta cerrada y es que somos los únicos clientes del camping para este fin de semana, parece ser que las malas temperaturas han hecho desistir la visita por estos parajes.

La noche es fría y nos exige aún a estas alturas del año de dar un calentón con la calefacción.

Día 14 de junio (sábado)

Ayer negociamos con el encargado del camping la posibilidad de dejarnos unas horas más para no ir tan agobiados.

Nos levantamos tarde y después de un desayuno copioso, hacemos nuestra labor de mantenimiento en la autocaravana; descargar y cargar agua. Salimos con destino a Vinuesa (Soria), de camino paramos en el pueblo "Molinos del Duero" para comprar pan a la antigua usanza con horno de leña. El viaje es tranquilo pasamos por el embalse de la Cuerda del Pozo donde en verano hay una magnifica zona para el baño “Playa Pita”.

Unos kilómetros más y llegamos al pueblo de Vinuesa, de allí por caminos forestales hasta llegar a la “Laguna Negra”. Después de una fuerte ascensión dejamos la autocaravana en el primer Parking habilitado para coches, coordenadas N 41º59'57.39" // W 2º50'49.71" . a unos 500 metros existe otro aparcamiento más pequeño, lo que nos hace ser prudentes.

Se encuentra en la comarca de Pinares y pertenece a tres municipios: Covaleda, Durero de la Sierra y Vinuesa, durante la ascensión destaca una frondosa vegetación con una mezcla de hayas, pinos, abedul, robles y álamos.

Esta tierra se hizo famosa por ser la protagonista del poema de Antonio Machado en su novela “Los hijos de Alvargonzalez”. Una historia donde se cuenta como dos de los hijos del señor se ponen de acuerdo para matarlo y cobrar la herencia anticipada, los suben hasta la Laguna Negra para deshacerse del cadáver. Un vecino inocente es condenado a muerte como responsable de la muerte del padre:

Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;

agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.

¡Padre!, gritaron; al fondo
de la laguna serena
cayeron, y el eco ¡padre!
repitió de peña en peña.

La laguna se nutre por la aportación de agua de un glacial rocoso del “Cerro Zorraquín” desde uno 500 metros, dentro de los Picos de Urbión (lugar donde nace el río Duero), el agua serpentea el desnivel creando cascadas. Se encuentra ubicada en una hoya dentro de una zona de umbría

Hace dos millones de años la propia Laguna Negra era un gran glacial con una gran capa de hielo que descendía hasta el “Valle de Revinuesa”, Los grandes bloques de piedras corresponden con la erosión del glacial en su avance natural hacia zonas más llanas.

Desde mi última visita los cambios en los accesos han sido muy notables, se ha entarimado todo el borde de la laguna para delimitar los movimientos de los visitantes, dotando a todo el perímetro de barandillas y quita miedos.

Comenzamos la ascensión por el cinturón rocoso, subimos con la parsimonia de un anciano para llegar a la cima con el corazón de un niño, se mezcla los precipicios sin protección, con grandes piedras resbaladizas, procedentes de aguas de las cascadas. La altitud de la laguna, yo calculo, que no supera los 1500 metros sobre el nivel del mar. Llegamos al mirador principal donde se encuentra un hito que marca la altitud de 1753 metros sobre le nivel del mar, la vista de la laguna es maravillosa, las personas se empequeñecen pero la laguna desde esa altura se engrandece. Ascendemos cómo unos 100 metros más de altitud hasta un falso llano que se encuentra inundado de agua, desde aquí se ve perfectamente el pico Zorraquín (2.105 m.) y las estribaciones de los Picos de Urbión. Desde este punto iniciamos el descenso lento hasta el parking.

Recorremos los 18 kilómetros que nos separa de Vinuesa para visita este amable pueblo. Comenzamos por la “Ermita de la Soledad” con un porche porticado donde se celebran las fiestas de mayo. Fue construida con mezcla de sillares y mampostería en el siglo XVI y, dentro de su estilo arquitectónico barroco, conserva un retablo barroco. El acceso es por una doble puerta. Destaca en su tejado el importante nido de cigüeñas que a modo de parabólica decora la ermita.

Caminamos hacia el centro de la villa, hoy es día de partido de fútbol del mundial y para colmo juega España, el pueblo se encuentra vacío, es una situación ideal para la fotografía. Llegamos a la iglesia de “Nuestra Señora del Pino”, construida en el siglo XVI en estilo renacentista, La planta de tres naves, la central es más grande y alta que las dos colaterales, cubiertas de bóvedas de crucería estrellada. El interior esta decorada con capillas financiadas con dinero privado de familias adinerada de la comarca, como los Barnuevo en la nave del Evangelio, los de San Clemente en la Epístola. El retablo mayor fue donado por el mayor mecenas de la provincia de Soria el obispo Pedro Álvarez de Acosta (Obispo de Burgo de Osma). La capilla mayor se encuentra dentro del ábside que tiene forma la cruz latina. Las marcas de la piedra identifican a los maestros canteros que construyeron la iglesia, como: Juan de Nevada de la vecina población de Aranda del Duero, a su muerte fue sustituido por Juan del Valle.

A la salida llegamos hasta una pequeña plaza Plazuela y Rollo donde se encuentra la picota, honor que obtuvo el pueblo en 1776 de la mano de Carlos III que otorga el indicativo jurisdiccional de villa a Vinuesa. El monumento lo constituye un rollo de piedra sobre una planta poligonal coronado por un pináculo.

La construcción de las casas son con sillares de piedra en algunas entradas se han grabado signos de cristianos nuevos: “abemaria” o “ave maria” aunque a decir verdad no es muy generalizado, lo que denota que en estas tierras los judíos no eran muy habituales.

Caminamos hacia el puente del río Reimunicio donde se encuentra el centenario lavadero de la villa, dedicado principalmente al lavado de las lanas dedicadas a la exportación desde la edad media hasta el siglo XIX.

La construcción del lavadero se integra dentro del conjunto de la villa con un estilo rural, una mezcla de sillares y mampostería de piedra caliza, la entrada es abierta sobre un arco rampante de sillares calizas, el tejado es a dos aguas con teja árabe que descansa sobre un entramado de madera.

Abandonamos Vinuesa con destino al Parque del Cañón de Río Lobos, la distancia son 43 Km. y queremos llegar con luz para elegir el lugar de pernocta. Hacemos la entrada por el Mirador de la Galiana, desde donde se tiene una privilegiada visión de todo el conjunto del Parque, incluso parte de los picos del Sistema Central: Somosierra, La Sierra de Ayllón y de Pela. Al Sur se puede ver la Vega del río Ucero, pero a nuestros pies esta la gran cortada que forma el Cañón de Río Lobos.

Bajamos el desnivel desde una altitud desde los 1200 metros a 920 sobre el nivel del mar, en poco más de un kilómetro por una carretera serpenteante y muy peligrosa hasta el nivel del cañón. Pasamos por la Casa del Parque donde tenemos posibilidad de pernoctar, nos internamos en dirección al primer parking del parque, allí encontramos una autocaravana y una caravana, nos informan que el segundo parking llamado “Valdecea” esta mucho más cerca y dispone de agua, allí pernoctamos coordenadas N 41º 44' 44'' // W 3º 03' 36'' . Previamente habíamos pedido permiso para pernoctar dentro del Casa del Parque teléfono 975363564.

Son las nueve de la noche y aún la luz nos permite dirigirnos hasta la Ermita de San Bartolomé, se encuentra a un kilómetro del parking. Nos llama la atención el crecimiento de los árboles: chopos y sauces; pues ahora en muchos puntos no se ve los riscos calizos del valle. La alta vegetación desaparece y pasamos a una zona de césped donde destaca la piedra caliza rojiza de la ermita y a su fondo esta la “Cueva Grande” es un verdadero paseo para hacer una aproximación al Parque.

De regreso al parking la noche se acerca y los vehículos aparcados a nuestros lados van abandonando el lugar hasta llegar a las 22,00 en que nos quedamos completamente solos, los sonidos del bosque se intensifican los búhos comienzan a cantar, las ranas tiene su hora mágica para croar, tenemos el privilegio de disfrutar de ese entorno para nosotros solos.

Día 15 de junio (domingo)

Durante la noche hemos tenido el sonido de ligeros chubascos, nos levantamos despacito y relajados como merece la ocasión. Pronto recorremos el mismo camino de ayer hasta llegar a pie de la “Ermita de San Bartolomé de Ucero (Soria). La imagen dentro del cañón es de cuento, provoca un signo de admiración.

La construcción de la ermita fue iniciada en el siglo XII en estilo románico y su terminación fue en el siglo XIII ya en estilo protogótico, construida en una sola planta con un pequeño transepto, y un escalón nos acerca al prebisterio con forma absidial.

La construcción fue acometida en distintas fases. En la primera, se levantaron las partes bajas hasta la línea de la imposta y se finaliza por la bóveda. El ábside fue la ultima parte en construirse, claramente se distingue el cambio de estilo, ya su bóveda es de estilo gótico.

Destaca la sencillez de la ermita por la influencia del cisterciense. El abandono del estilo románico se produce ante la construcción de la planta en cruz latina. Mientras su aspecto exterior es románico puro, salvo la sustitución de medias columnas por contrafuertes lisos, lo que nos indica que ya comienza la influencia gótica.

La portada, con sus seis arquivoltas apuntadas y están decoradas con temas vegetalistas, sobre la puerta hay una serie de canecillos que nos indica que pudo tener un porche de madera.

En las galerías de las capillas laterales encontramos sendos rosetones de estilo románico con tracería musulmana.

La ubicación de la ermita y la pertenencia a orden del temple he dispuesto ríos de tinta sobre su simbolismo pétreo. Lo mas destacado son las figuras de los canecillos que algunos expertos en esoterismo interpretan de una forma muy particular, pero para la versión oficial se trata de figuras que representan una romería en parte religiosa y en parte profana. Escenas muy típicas del románico del siglo XIII.

Caminamos hasta la “Cueva Grande” lugar donde vivieron los hombres en la edad de bronce y seguramente fue ocupada por ermitaños antes de la construcción de la ermita, también destacamos los grandes murciélagos de su interior. La visión desde la cueva de la ermita forma parte de una de las imágenes más idílicas de las tierras españolas. Aunque últimamente ha crecido tanto la vegetación que ya no deja ver la totalidad de la ermita.

Continuamos nuestro camino en el itinerario del puente de los siete ojos, nunca abandonaremos en el centro el río lobos que discurre por todo el cañón, siguiendo la senda trazada tenemos que cruzar varias veces el río por diferentes márgenes. Sobre el río y sus aledaños fluye la vida: anfibios, reptiles y peces; como ranas, lagartijas, culebras, truchas y barbos. También se ven nutrias y alguna cueva de comadreja.

En cuento a la flora destacamos en la parte de la ribera: los chopos y sauces, y sobre el mismo río nenúfares, lentejuelas y eneas.

En las zonas más alejadas, la sabina albar, heredera de los antiguos bosques esteparios, por su adaptación a climas fríos del invierno y las sequías veraniegas; el enebro es una confiera procedente de la Europa oriental, convive con el pino pudio, el quejigo de aspecto muy parecido a las encinas y la propia encina.

El cañón geológicamente ha formado un ‹‹Karst›› de origen calizo formando en las zonas de gran acción erosiva vistosas cuevas y simas de gran colorido por la acción de los óxidos.

Sobre los cielos vemos multitud de buitres leonados que se lanzan al vacío desde las cavidades formando buitreras, también vemos halcones peregrinos suspendidos durante varios segundos sobre el mismo punto sin necesidad de mover las alas y los alimoches.

Seguimos por las sendas habilitadas del parque hasta llegar a un gran hueco de la montaña donde encontramos "El colmenar de los Frailes", que eran gestionados por la comunidad de Monjes templarios de la ermita de San Bartolomé, fabricados con troncos huecos de árboles.

Más adelante llegamos hasta la “Cueva Negra”, de muy difícil y peligroso acceso, destaca porque en su interior sirve de refugio para corzos y cabras montesas, en el centro se encuentra un gran ‹‹linga›› formado por el goteo de carbonato cálcico.

Decidimos volver por el cañón para recobrar fuerzas y finalizar este estupendo fin de semana.