El rey Carlos II nombra al muralista napolitano Antonio Verrio para las decoraciones y pinturas del edificio. En total decoró 23 techos y las paredes de las escaleras que llevan a los aposentos del rey y la reina con escenas mitológicas que se encargaran de glorificar la dinastía recién restituida.
El lujo llega a todos los aposentos incorporando tejidos costosos con bordes de oro y plata en los doseles del trono y las principales habitaciones. Las salas se llenan de obras de arte, principalmente con los retratos de Van Dyck.
Exteriormente el rey presta atención a los jardines y a los prados de las proximidades, se plantan olmos a lo largo de un paseo de 4 Km. Crea un teatro y una nueva orquesta de la corte, llamada los veinticuatro violines, inspirada en la idea del rey francés en Versalles. |