El origen histórico de la ciudad de Toledo esta ligado rigurosamente como asentamiento en las riberas del río Tajo. En sus orígenes los primeros asentamientos estuvieron ligados a la orilla contraria a la actual, tanto por la facilidad de su aprovisionamiento como por su facilidad para atravesarlo.
Los romanos son los primeros en construir el primer puente fijo y único hasta la construcción San Martín en el siglo XIV. Durante la época musulmana se construye un puente de barcas en la zona oeste que se llamo de Al Qantara y provoco el cambio de población en los asentamientos del margen derecho.
La configuración de la ciudad queda limitada por su topografía por un lado en basamento rocoso y por otro lado en curso del agua de propio río, así como el espacio natural que forma Los Cigarrales en el margen izquierda.
Durante la unión histórica de la población y el río, siendo un lugar de esparcimiento y disfrute, la utilización del rió para la explotación pesquera, la agricultura en sus riberas y la explotación energética.
Durante siglos fueron elevados sus cauces mediante noria para abastecer a la población. La energía hidráulica es aprovechada entre los puentes de Alcántara y San Martín mediante abundantes molinos para aprovechar la fuerza del agua gracias a un desnivel de nueve metros. Con la llegada de la electricidad fue también aprovechada la fuerza del agua con la instalación de varias minicentrales. |