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Su construcción se debe al trazado del arquitecto real D. Afonso Domíngues, estuvo trabajando en la obra desde sus comienzos hasta 1402 cuando murió, y a su obra se debe el claustro real, el refectorio y sobre todo la Sala de Capitular con su maravillosa bóveda. Fue el responsable de la mayoría de las estructuras de la iglesia --excepto las bóvedas de la capilla mayor--, del transepto y la nave central. También termino la facha principal, las banderas y los coronamientos del edificio, la nave sur y puso las primeras piedras del claustro principal. La Sala Capitular fue construida sin ningún apoyo central, es un hito histórico en la arquitectura gótica europea. Todo esto inspiró la leyenda del arquitecto, el 6 de enero de 1401 los reyes asisten a un acto en el Monasterio de Batalha, el rey había relevado al arquitecto por su avanzada edad y su ceguera por el arquitecto de procedencia irlandesa David Ouguet. El irlandés hacia gala de su técnica en detrimento del portugués porque había acabado la bóveda de la sala capitular. Antes de la entrada de los reyes, la bóveda se empezó agrietar y los monjes horrorizados acudieron al rey que tomo la decisión de relevar en las obras nuevamente al arquitecto portugués dejando al irlandés bajo sus órdenes. El día de su terminación se retiraron los apoyos de sujeción y el arquitecto portugués mando retirarse todo el mundo y coloco en el centro una piedra, allí permaneció sin comer sentado tres días y tres noches, el rey recibió la buena noticia que la bóveda estaba terminada y también la mala noticia que su fiel arquitecto había muerto en el empeño cumpliendo un voto que había hecho ante Cristo. De la piedra sobre la cual Afonso Domingues acabó sus días fue esculpida una estatua en su memoria, que fue colocada en la Sala Capitular , y honrando así como el mejor arquitecto de la época.
En 1402 tomo la dirección el arquitecto irlandés y se inspiro en las decoraciones de algunos templos ingleses como la catedral de York y Canterbury, llevo a término la Capilla del Fundador y comenzó la capillas imperfectas, terminado su obra en 1438.
Le sustituyo el arquitecto Martin Vasques, quien dirigió las obras del monasterio hasta 1448.
Posteriormente tomo la dirección el arquitecto Fernando de Evora, hasta 1477, dedicándose a la construcción del claustro nuevo llamado de Afonso V.
Le sucede el arquitecto Mateus Fernández, hombre de gran influencia del rey Manuel I, lo que le valió el nombramiento de Gran Maestro de Portugal.
Dentro de su arquitectura destaca horizontalidad por diseñarse en una única planta en todo el Monasterio, queda aumentada esa sensación por la falta de verticalidad de las molduras y cresterías que rematan las distintas partes. La iglesia es la única parte que da la impresión de tener volumen, por la articulación de sus tres naves, aunque tampoco destaca por su esbeltez.
Fue construido el Monasterio en su totalidad de piedra blanca, que con el paso de los siglos ha ido cambiando su aspecto hasta llegar al aspecto actual con un color entre rosado y dorado.
La fachada principal se diseña en el oeste, con una puerta de dos hojas que nos adentra en el interior de la iglesia dividida en tres naves. Las naves laterales con una altura y la nave central con dos alturas, quedando entre ambas una especie de balcón, protegido por una crestería que sirve de barandilla. En el segundo cuerpo tiene una arco apuntado, protegido por un segundo arco con una ventana.
La portada principal construida en 1509 se encuentra ricamente tallada con seis arquivoltas donde se representan en grupos: vírgenes, mártires, profetas, reyes y ángeles. En las jambas se representan las imágenes de los doce apóstoles. En el tímpano se reprenda a Cristo en Majestad sentado sobre su trono, acompañado de los signos que representan: a la izquierda a Cristo, San Lucas y San Marcos, a la derecha: San Juan y San Mateo.
La fachada sur esta mucho menos ornamentada, ocupada por la Capilla del Fundador y la iglesia.
La iglesia es la parte más importante del monasterio, esta dividida en ocho tramos cubierta con bóvedas de crucería simple, enmarcadas entre arcos perpiaños. Las tres naves se comunican por arcos apuntados que se apoyan en pilares cruciformes con semicolumnas adosadas. En los capiteles se decoran con esculturas que representan a vegetales y las bóvedas con escudos de armas.
En la cabecera esta formada por el crucero, con cinco tramos salientes respecto a las naves. Tiene cuatro capillas laterales con la misma altura que las naves laterales, en los tres tramos de la cabecera se abren tres ventanas para su iluminación. La capilla mayor tiene la misma altura que la nave central, es iluminada con vitrales de estilo flamenco.
La capilla del fundador se accede a través de un pórtico desde la iglaesia, en su interior se dispone de una planta cuadrada, en el centro de la sala se instalan ocho pilares cruciformes. En la parte central de estos pilares se construye el túmulo funerario del rey Joao I fundador del monasterio, con su esposa Felipa de Lancaster, es una obra de tumba doble caja, poco ornamentada con excepción de los escudos heráldicos y la escultura de los reyes en la parte superior, fue diseñado mucho antes de la muerte de los reyes, por el arquitecto irlandés, donde se vislumbra la influencia del estilo inglés. En los laterales de la sala se encuentran los túmulos de infantes entre los que están Enrique el Navegante, todo el diseño es obra del arquitecto irlandés.
En el muro norte nos da paso al claustro real o claustro de Joao I, se accede por la iglesia, tiene unas dimensiones de 50 metros de lado con una planta cuadrada. En un extremo destaca la fuente de lavado utilizada por los monjes para asearse antes del paso al refectorio. Dentro del claustro están las principales dependencias del monasterio, entre ellas destaca en el lado este, la sala Capitular; en el oeste, el refectorio y la esplendida cocina; en el norte, los dormitorios de los frailes.
Por una puerta al norte da paso al segundo claustro llamado de Afonso V, mandado construir por este rey con su aspecto paciente y lleno de espiritualidad propia de la orden francisca que influía al monarca. Dispone una planta cuadrada y con nueve tramos cada uno de las galerías, esta cubierto por crucerías sencillas donde se representan las armas y los lemas del monarca.
La capilla imperfecta fue la ultima parte del monasterio en construirse, destacando el magnifico portal de acceso, con una planta octogonal, adosada al nartex en una de sus caras y en las otras siete capillas tienen una planta cuadrangular con ábside poligonal, con elementos decorativos góticos recubiertos de finos trabajos sobre la piedra. El portal fue construido en 1509 recubierto de finas hojas de cardo, las columnas están revestidas de una fina decoración de encajes, en su interior están ya los elementos del arte manuelino como: hojas, alcachofas, bellotas, amapolas, en la parte superior troncos de árboles que se enlazan. Las capillas laterales fueron algunas ocupadas como la central por el túmulo mortuorio de Juan II y Leonor.
Posteriormente interviene el arquitecto Boitac construyendo el arranque de las bóvedas y los muros de jambas de las ventanas. Más adelante, se construyo la gran ventana central de las capillas de la mano del arquitecto Juan Castillo.
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