La construcción de la mezquita sobre una de las torres de la cisterna se convirtió en un signo de purificación y de dominio sobre la anterior cultura cristiana de los portugueses. Aunque en esta ciudad no fue tan invasora que permitió la convivencia con otras culturas, principalmente por la llegada de otras nacionalidades que tenían sus propios edificios de culto, con la llegada de los judíos se construyeron sinagogas, con la llegada de los comerciantes europeos se siguieron permitiendo las antiguas iglesias cristianas hasta la llegada del protectorado francés en que se le apodo a la ciudad como “El Deauville de Marruecos” en referencia la famosa costa azul francesa. |