Las tumbas reales de la Basílica de Saint-Denis fueron colocándose: por el crucero, en el ábside, la cripta. Se trata del conjunto funerario de escultura más importante de Francia que abarca desde la Edad Media hasta el Renacimiento, todas fueron profanadas durante la Revolución Francesa, cincuenta y una tumba fueron vaciadas, una a una, y se intento colocar en una fosa común con cal viva. Se descubrió la tumba de Enrique IV y apareció como su hubiera muerto el mes anterior, las facciones eran perfectamente reconocibles. Luego sacaron a Luis XIII que conservaba aún su hermoso bigote, el siguiente en salir fue Luis XIV con la mascara que cubría a los Borbones pero su color era negro. Luego salieron sucesivamente los de María de Médicis, segunda esposa de Enrique IV; de Ana de Austria, esposa de Luis XIII; de María Teresa, infanta de España y esposa de Luis XIV; y del gran Delfín. Todos aquellos cuerpos estaban putrefactos. Sólo el del gran Delfín estaba en putrefacción líquida. Posteriormente los cuerpos fueron sacados y colocados todos en dos tumbas y colocadas en la cripta que aún se pueden ver.
Las tumbas se encuentran distribuidas en el crucero sur: la capilla de San Luis de 16 yacentes, de los que subsisten 14, data aproximadamente de 1263.
El soberano muestra de este modo la dinastía de los Capetos como heredera de los Merovingios y de los Carolingios.
Los yacentes en la época de los Valois . El de Carlos V el Sabio es seguramente el primer retrato oficial de la historia de la escultura funeraria y una obra maestra de la escultura medieval.
La tumba de Francisco I , de Claudia de Francia y de tres de sus hijos se instaló once años después de la muerte del rey en 1547. El vencedor de la batalla de Marignano se presenta en un imponente arco del triunfo, signo del redescubrimiento de la Antigüedad en el Renacimiento.
Una parte de la cripta es dedicada a la Capilla de los Borbones contiene cenotafios realizados en el siglo XIX en honor de la dinastía de los Borbones, así como el corazón de Luis XVII.
La Cripta de Suger conserva varios capiteles dedicados en particular a la vida de San Benito.
Una de las capillas del deambulatorio alberga el sarcófago de la reina Arnegunda, esposa del rey Clotario, muerta entre 580 y 590 y primera reina enterrada en Saint-Denis.
La cripta arqueológica presenta los vestigios de los primeros edificios. Este lugar albergaba las sepulturas de los santos mártires Denis, Rústico y Eleuterio.
El panteón de los Borbones contiene los restos de Luis XVI y María Antonieta, trasladados desde el cementerio de la Madeleine en París por Luis XVIII, último rey inhumado en la basílica, en 1824.
El osario de los reyes contiene las osamentas exhumadas de las tumbas reales en la Revolución, agrupadas en 1817.
En el crucero norte se encuentra Luis XII y Ana de Bretaña están representados muertos, desnudos y descarnados dentro de la tumba de mármol de Carrara realizada en Tours por el florentino Giovanni di Giusto Betti entre 1516 y 1522, y vivos y en oración en la parte superior. Enrique II y Catalina de Médicis tienen una tumba monumental, realizada de 1560 a 1573, inspirada en las prácticas italianas, sobre todo en la utilización de materiales de diferentes colores. Las esculturas de Germain Pilon, y especialmente las virtudes de los ángulos, son de gran calidad.
La Tumba del Rey Dagoberto está situada en el lugar donde el soberano fue inhumado en 639, a la derecha de las reliquias de San Dionisio.
El presbiterio esta dedicado una parte al abad Suger , obra importante construida en 1140 a 1144, cuyas partes superiores fueron reconstruidas en el siglo XIII, estaba destinado a mostrar los relicarios de los santos mártires. La ausencia de muros entre las capillas y las grandes superficies acristaladas crean una pared de luz continua.
Los reyes y reinas merovingios con l os yacentes de Clodoveo, primer rey franco cristiano, sus hijos Childeberto y Fredegunda, fueron llevados en el Siglo. XIX procedente de iglesias en París.
Hay dos tumbas con dos yacientes figuran entre las pocas tumbas metálicas que se conservan. Se trata de dos hijos de San Luis muertos a corta edad.
De las vidrieras del abad Suger subsiste una parte de las cinco que no fueron destruidas por la Revolución, pero muy deterioradas posteriormente y montadas de nuevo en el siglo XIX.
La capilla San Luis se muestra un estandarte, es una copia del pendón de los ejércitos reales en tiempos de guerra.
Los orantes de Luis XVI y María Antonieta fueron encargados por Luis XVIII con motivo del regreso de las cenizas de los soberanos, y finalizados hacia 1830. |