RONCHAMP
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NAVE DE LA CAPILLA DE NOTRE DAME DU HAUT DE RONCHAMP EN FRANCIA
 
Directorio:

Nave de la capilla de Ronchamp

   
 

La visita a la capilla Notre-Dame-du-Haut de Ronchamp es una ejercicio de libertad más absoluta; obra cumbre del arquitecto Le Corbusier, es considerado como uno de los maestros en la concepción de la arquitectura del siglo XX, destaca por la forma que tiene de hablar directamente con el espacio de la misma forma que otros arquitectos anteriormente lo habían hecho como por ejemplo Antoni Gaudi unos años antes, posteriormente otros muchos lo han intentado como nuestro maestro Santiago Calatrava Vals.

Le Corbusier en su obra que nunca había prestado mucha atención al tema del culto, en ninguno de sus proyectos urbanístico había hecho hasta ese momento, había diseñado la necesidad de tener una iglesia o un edificio dedicado al culto. La primera vez que le propusieron hacer un proyecto para una Iglesia, respondió: ‹‹la iglesia es una institución muerta››. Quizás fue una reacción a la amargura de ver no ser aceptado el proyecto de un santuario en Aíx-en-Provence, después el arquitecto entre en una fase de misticismo provocado por sus actuaciones en la India , en 1950 recibió la petición para la construcción de la Iglesia de Ronchamp de manos del canónigo Lucien Ledeur, de Besançon, y por recomendación del padre Alain Couturier, Lyon, ambos tenían la decisión de rejuvenecer el arte y la arquitectura de la iglesia católica, integrándola en las corrientes modernas y de la época. En esos momentos su concepción de cuestiones morales y espirituales estaba ante un profundo cambio, aunque para él, adquirió el compromiso con la sociedad mediante la transformación del entorno gracias al urbanismo. Muchas veces fue entrevistado sobre la paradoja de aceptar ese proyecto para una persona tan alejada del entorno de las creencias religiosas y contestó: ‹‹Ignoro el milagro de la fe, pero veo a menudo el del espacio inefable…››.

Cuando Le Corbusier visito la primera vez el promontorio donde debía de situar su obra, se dio cuenta de la magia del lugar, donde los adoradores del sol, los romanos y los cristianos habían considerado como la montaña sagrada. Los primeros estudios que hizo el arquitecto eran sobre como integrar los cuatro horizontes dentro de la colina y el recorrido del sol.

Durante meses no hizo absolutamente nada por el proyecto, lo guardo en la memoria a la espera de recibir la inspiración. Un buen día se levanto cogió un carboncillo y la idea empezó a nacer desde dentro. A finales de 1950 los primeros apuntes sobre la iglesia estaban en su cuaderno de notas. Comienza a plasmar los croquis de las distintas partes, tuvo una reunión con su cliente donde se vio la discrepancia con el tema de la falta de simetría, algo siempre buscado en toda obra católica.

Uno de los elementos más controvertidos fue la cubierta, parece ser que fue inspirada en las formas de un caparazón recogido en Nueva York o quizás fue fruto de uno de los sueños íntimos del artista. También la imagen de las torres que iluminan, aprovecho bocetos que había dibujado cuarenta años antes. Los muros curvos venían de la imagen de las casas de adobe del norte de África.

La combinación de todos los elementos estrambóticos hace del éxito de la obra al agrupar todas las influencias tan dispares en un elemento único e indivisible.

El templo aborda todos los temas que el hombre siempre ha tratado de vencer y es el miedo a los elementos de la naturaleza. el sol, el viento, la lluvia, el frío, creando una obra que más parece un obelisco o una piedra rúnica.

El clero conservador nunca acepto la imagen de Ronchamp, consideraba el edificio muy alejado de las mínimas normas religiosas, aunque otras voces dentro de la iglesia consideraba la obra como que cumplía perfectamente con el misterio cristiano.

La iglesia se halla situada sobre un promontorio que impide la visión del edificio. Una vez coronado el casco de la capilla emerge junto con su gran torre como si se tratase de un barco en alta mar, que es azotado por una marea imaginaria. En esta caso la gran torre blanca que hace de faro para la llamada de los peregrinos. No hay que olvidar que pese a ser una lugar de culto entre los aficionados a la arquitectura no deja de ser una ermita de peregrinación católica.

Los elementos básicos con que jugo Le Corbusier para la ejecución del proyecto están inspirados: torres, muros, cubierta curva y las aberturas de distintos tamaños; la combinación de ellos hace del edificio una terminación caprichosa y particular.

La imagen del edificio representa sobre el tejado dos cascos de barcos varados. Para hacer la visita seguimos la dirección contraria a la agujas del reloj y nos lleva a la fachada destinada a servir como altar exterior para la celebración de misas en el exterior con la llegada de los peregrinos, es un lugar destinado a la liturgia como el interior de la iglesia. Esta parte de la fachada tiene todos los elementos de una iglesia: altar, el pulpito, el asiento para el clero, la sillería para el coro, todo ello en perfecto hormigón armado con un estilo arquitectónico que solamente Le Corbusier podía haber dado. Sobre una hornacina destaca la figura de María, única imagen de todo el recinto. En las paredes hay una serie de perforaciones que describen la constelación de virgo. En uno de los extremos de la fachada se proyecta un único pilar de hormigón que imita los puntales de las barcas elevadas en la tierra para su reparación, lo envuelve un elemento curvo de hormigón que imita a una torre cortada que asemeja el timón del edificio.

A lo largo del edificio las curvas nos indican que no son un mero truco óptico, el arquitecto quiere añadir este principal elemento para resaltar las tres dimensiones, además dotar al edificio de precisión y tensión.

La fachada exterior norte tiene una escalera de diseño modernista permite la comunicación con el segundo piso. La portada principal tiene el diseño muy sobrio.

A fachada oeste destaca por su única e impresionante gárgola desde donde se canalizan todas las aguas que recogen todas las vertientes del edificio, estas por caída son depositadas sobre un sistema de figuras geométricas que describen como su fuera una cuenca receptora.

El interior de la iglesia es sorprendente, destaca por el sistema de semi-oscuridad que no hace estar varios segundos hasta acostumbrarnos a la luz natural que emerge por multitud de cajones. La concepción de la luz es muy importante en la obra al tratar de canalizarla desde el exterior hasta el interior. El altar esta iluminado desde el lateral por medio de unas celdas de abejas cubiertas con mensajes y vidrios de colores. El conjunto se percibe con una enorme vibración en la luz que proviene desde fuentes diversas especialmente sobre las numerosas ranuras bajo el casco de la bóveda que se aprecia especialmente combada hacia abajo, como una lona pesada, este efecto óptico nos hace creer que el techo esta literalmente suspendido .

El suelo tiene una ligera pendiente que ayuda a crear una perspectiva libre para que los visitantes puedan seguir la liturgia con mayor comodidad ayudando a crear una interacción en las homilías. La parte baja esta dominada por el altar que se orienta hacia un conjunto de bancos de madera diseñados para el conjunto, jugando con los espacios libres de la nave. Sobre su alrededor se sitúan las diferentes partes clásicas de una iglesia, que se alternan en su función y su diseño: el confesionario, el pulpito, podio, coro, etc. En el muro oriental, dentro de un nicho, se coloca la imagen de Nuestra Señora rodeada de puntos de luz que evocan las estrellas. El nicho tiene dos caras y la escultura se puede girar para ser venerada desde el interior de la iglesia y desde el exterior cuando la homilía es celebrada al aire libre.

El diseño del tabernáculo no deja indiferente a nadie, una arqueta hace de improvisado relicario, el efecto de la portada sur crea una explosión de líneas verticales.

La visita a la iglesia de Notre-Dame-du-Haut. Se puede realizar en horario interrumpido desde las 9,30 horas a las 19,00 horas, el precio de entrada es de 5 euros (adultos).

   
 
CAPILLA RONCHAMP
 
   
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