La idea de honrar a un soldado, que simbolice a todos los caídos en el frente por la patria, nace en 1916 durante la Primera Guerra mundial, una gran guerra que costaría la vida a muchos jóvenes de varias naciones, Después del armisticio el 11 de noviembre de 1918 día del fin al conflicto, la cámara de los Diputados y del Senado deciden por unanimidad introducir en el Pateón los restos mortales de una soldado no identificado.

Las Asociaciones de excombatientes rechazan esta propuesta y prefieren que este soldado descanse en el monumento más emblemático de todo Francia “el Arco del Triunfo”.

Durante la ceremonia un coche fúnebre traslada al soldado desconocido y el corazón de Gambetta y es depositado en el Pateón para conmemorar el 50 aniversario de la III Republica, el soldado desconocido llega solemnemente a la Arca del Triunfo el 11 de noviembre de 1920. En la misma procesión reúnen al soldado desconocido de la 1ª Guerra Mundial y al jefe Republicano que había organizado la defensa nacional contra los prusianos en 1871. El Soldado desconocido es inhumado bajo la arcada en 1921 y condecorado con la Legón de honor en presencia del primer ministro británico y del gobierno francés al completo. La llama del recuerdo fue encendida el 11 de noviembre de 1923 por André Maginor, ministro de la Guerra; desde entonces nunca se apagó. Todos los días a las 18,30 horas es reavivada por una de las 900 asociaciones francesas de excombatientes.