La Pagoda Tay Phuong, está situada en el montaña Tay Phuong en la aldea de Yen, del distrito Thach, provincia Ha Tay. Está a 37 kilómetros al nordeste de Hanoi, en la ruta de Son Tay, y a 6 kilómetros de la Pagoda Tay.

La pagoda fue construida durante los Siglos VI y VII y se ha restaurado varias veces desde entonces. En 1632, La pagoda fue reconstruida según estilo Chino Vietnamita Tam (tres), ofreciendo tres secciones: el santuario superior, el palacio trasero, y los cuartos del pasillo. Más adelante, en 1794, la pagoda fue reconstruida totalmente.

La Pagoda Tay Phuong es también una galería de exposiciones para muchas de las obras maestras nacionales del grabado y de la escultura.

La pagoda tiene aproximadamente 80 estatuas de todos los tamaños que representa a los monjes anteriores que permanecían en la pagoda. La pagoda también posee una campana fundida en 1796 y tiene muchos altares valiosos de los emperadores de la dinastía de Canh Thinh. La Pagoda Tay Phuong es no solamente un sitio histórico con arquitectura valiosa, sino también es un punto excepcional en la provincia Ha Tay.

Después de subir 239 peldaños por una escalera de piedra que nos demuestran el paso del tiempo y esta al abrigo por una cortina de árboles históricos, hasta alcanzar una puerta. La puerta lleva el nombre de la estructura: Tay Phuong Co Tu (Pagoda antigua del oeste) según el testigo de la inscripción en el bajo relieve de piedra del siglo XVII demuestra que también tuvo otros dos nombres: Phuc Song Tu Son, Thieu Lam Tu Hoang.

En 1794 bajo el régimen de Tay Son fue renovada totalmente; por lo tanto su actual diseño, abarca tres construcciones sucesivas: el Pasillo de Postración del sepulcro principal, y el santuario, todos ellos con dobles azoteas. Este arreglo arquitectónico esta inspirado en el Budismo y en el Confucionismo, pensando: las tres construcciones simbolizan las tres fuerzas que gobiernan el mundo.

La construcción central tiene un papel destacado como lugar de dirección de todo el conjunto y por lo tanto se levanta más arriba cuyo símbolo es el cielo. La construcción en la parte posterior desempeña el papel de una fundación: simboliza la tierra. La construcción más cercana al mundo del hombre está parada enfrente. La estructura entera es el símbolo Cuc Tay (el primer principio, del cual el mundo entero deriva). La grada doble de la azotea simboliza el principio, el Luong Nghi, el yin y el yang dobles. Las cuestas, la azotea en los cuatro lados que simbolizan los cuatro elementos del cielo, Tu Tuong; el sol, la luna, las estrellas y las deidades, mientras que las cuestas en los ocho lados, su significado son las ocho partes del octágono sagrado (palo Quai).

Todas las figuras de la pagoda están hechas de madera, son esculturas maravillosamente adornadas en un arte popular y familiarmente que simbolizan: La flor del loto, la flor del ficus, flor la mora, la flor seca del crisantemo; además, de dragones, Phoenix, etc. Pero la pagoda Tay Phuong es sobre todo famosa por las estatuas que contiene, las magníficas esculturas de madera que representan Budas así como Vajrapanis (Kim Cuong) y Arhats (la Han) una serie de deidades budistas Uno en detalle retrata Sakyamuni en la meditación en los pies del Son Tuyet (montaña de la nieve). Él, entonces conducía una vida del ascetismo extremadamente severo, y el suyo emanaba del cuerpo, según lo representado por la estatua. El artista da a conocer el buen conocimiento que tiene de la anatomía humana.

Las figuras de los Arhats con unas características distintivas de cada uno que representan la meditación en aspectos originales. Todas estas obras de arte son impresionantes.

Un festival se lleva a cabo cuyos argumentos son la historia de la pagoda de Tay Phuong en los mismos meses de cada año. Ofrece mucha hospitalidad y juegos: se puede ver el funcionamiento de las marionetas, tiro de guerra, lucha de martillo, ajedrez con figuras humanas... La parte central del festival es la ceremonia Sam Hoi (Inspiración), llevada a cabo entre la sexta y la tercera luna, esto invita a todos los hombres a practicar la compasión y la caridad, para evitar maldecir, y todo ello apunta la serenidad y la quietud.