Se trata de un templo de la etnica jemer, al estilo de Camboya, también es conocido por Chua Maniransay en vietnamita. Pertenece al culto budista teravada o hinayana, su imaginería es menos espectacular que la del culto mahayana, típico de Viet Nam, pues carecen de múltiples dioses o del culto a los ancestros, que fue añadido por la tradición china. Consta de dos salas de culto. En la del primer piso se venera a Sidarta Gautama, el Buda original o el príncipe nepalí ya iluminado. Mientras que la de la planta baja se utiliza para las oraciones diarias. Sólo se abre para las oraciones diarias, por lo que hay que buscar al joven monje, nativo de Tra Vinh, Tran Son y pedirle que, si quiere, nos abra la pagoda.