“El bosque como escenario” .- La vida en el bosque, el bosque bíblico y el bosque encantado. Desde la última década del siglo XVI, Paul Bril (1553/1554-1526), Gillis van Coninxloo (1544-1606) y Jan Brueghel el Viejo enfrentan al espectador con el bosque, invitándole a explorarlo. El bosque de los pintores nórdicos es un lugar real, aunque idealizado, pintado para emocionarlo.
Es el bosque que el pintor conoce, que vive y que desea que el espectador también conozca y viva.
Por ello, le obliga a adentrarse en su espesura para descubrir la vida que acontece en él. Además, este bosque naturalista es también el escenario de dos narraciones bíblicas concretas, Adán y Eva en el Jardín de Edén (Génesis 2) y la entrada de los animales del Arca de Noé (Génesis 7) o el escenario de asuntos mitológicos, un bosque «bosque encantado».
El «bosque bíblico» es un canto a la Creación y una invitación al goce estético de la belleza sensual del hombre, del mundo animal y vegetal.
El «bosque encantado» es, por el contrario, una celebración del goce estético que produce la belleza sensual del desnudo. Como era practica habitual en los Países Bajos, muchos de estos bosques son obra de colaboración entre dos pintores, uno especializado en paisaje y otro en figuras. |