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CORO DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA MESA EN ZAHARA DE LA SIERRA (CÁDIZ), ESPAÑA
 
Directorio:

Coro de la Iglesia de Santa María de la Mesa en Zahara de la Sierra (Cádiz)

   
 

La iglesia Parroquial de Santa María de Mesa está abierta y es atendida por una mujer que colabora en los cuidados, la entrada es gratuita, solamente pide la voluntad.

El edificio constituye una destacada muestra de la arquitectura religiosa andaluza de la segunda mitad del siglo XVIII, marcada por unas líneas que certifican la plenitud del barroco, con su excesiva y recargada ornamentación, y la llegada de los primeros matices del estilo neoclásico, que se evidencia por su sobriedad y limpieza de líneas.

El interior, la planta del templo responde al modelo de cruz latina insertada en un rectángulo. Desde los pies de la iglesia se observa cómo el templo se divide en tres naves perpendiculares al espectador. También perpendicular se sitúa el crucero, si se avanza por la nave central y se te pones bajo la cúpula o media naranja se está en el centro de la Iglesia y del crucero, el brazo de la cruz que forma la planta del templo. Si se eleva la vista se observa como la cubierta central del crucero consiste en una bóveda semiesférica o media naranja, que se divide en ocho cascos por medio de una serie de fajas que convergen en un círculo central adornado por un florón. Sin moverse de la parte central del crucero, se observa al frente la cabecera del templo compuesta por la capilla mayor y dos colaterales. En la primera se halla el retablo mayor de la Iglesia.

El altar mayor está presidido por un magnifico retablo de madera tallada, cuajada de ornamentos y resplandecientes dorados. Construido siguiendo el estilo barroco, busca atraer al fiel hacia su Divinidad, mediante el reclamo de los sentidos. Imantado por esta explosión queda predispuesto a percibir el mensaje de salvación que se le ofrece por medio de la imaginería repartida por el retablo.

Estamos ante un ejemplo del rococó ha llegado aquí al paroxismo ornamental, desdibujando las líneas tectónicas, que se disuelven en este maremágnum decorativo, donde las superficies crepitan nerviosamente, sin que la vista encuentre reposo en ningún lugar. Tan significativo conjunto puede fecharse en el último tercio del siglo XVIII, hallándose su anónimo autor estrechamente relacionado con la producción de Cayetano de Acosta, que en la iglesia sevillana del Salvador consiguió el triunfo del Rococó en el mundo del retablo sevillano. Las noticias documentales hablan de que su compra, dorado y colocación en el altar mayor se llevó a cabo entre 1779 y 1781. Pedro de Cuenca gestionó su compra a los Padres Dominicos de Cádiz, y su dorado se financió de los quinientos ducados que dejó don Juan Pineda Tardío, cura difunto de la parroquia de Zahara. Este trabajo lo ejecutó el maestro dorador Anselmo de Fuentes.

En el centro se encuentra la imagen de Santa María de la Mesa. La virgen, de pie, porta al Niño sobre el brazo izquierdo, mientras que en su mano derecha muestra una fruta o una flor. En lo que a su estilo se refiere, la imagen constituye una interesante muestra de la transición entre el arte gótico de última hora y las primeras manifestaciones renacentistas. La ligera incurvación que adopta la figura y el tratamiento de las vestiduras, cuyos pliegues se resisten a desprenderse de la rigidez de los paños en zigzag tan típicos del gótico, sobre todo de la fase hispano-flamenca del estilo, como la esbeltez del cuello y el tipo de rostro ovalado de María que hablan de un gótico de última hora. En cambio, en la figura del Niño se avanza por la senda de los postulados renacentistas, con el delicado estudio de la anatomía infantil que consigue el artista. Sin noticias documentales sobre su autoría, los rasgos estilísticos expuestos invitan a los especialistas a fecharla en el primer cuarto del siglo XVI.

Las calles laterales están ocupadas por las imágenes de los patronos de la localidad, San Simón y San Judas Tadeo. Son considerados patronos de Zahara, porque en su onomástica se conquistó definitivamente la villa y fortaleza de manos de los musulmanes: “Día de los gloriosos apóstoles san Simón y san Judas, a veinte y ocho días de octubre, año susodicho de mill e cuatrocientos y ochenta y tres”, dice la Crónica de Bernáldez

Si se vuelve la vista hacia los pies de la iglesia desde el crucero, en el extremo contrario del edificio, se puede admirar el coro, o lugar del templo reservado al clero en el que los clérigos cantaban las horas canónicas y celebraban el oficio divino.

El Coro oculta la visión de la puerta del templo, con sobria sillería neoclásica, integrada por quince sitiales separados por pilastras, disponiéndose en medio de este espacio el facistol destinado sustentar los libros de canto litúrgico. En la ejecución de este mueble, de madera de pino de flandes y haya, intervinieron el maestro Francisco del Valle y Juan J.de Salamanca entre los años 1779 y 1780

En uno de los laterales se halla el museo donde se expone el Tesoro, es una magnífica expresión del arte religioso, en el que podemos hallar: varios cálices (el más antiguo del siglo XVIII); un portaviático de 1666, realizado por el platero sevillano Juan Birto de Espinar; varios varales de plata labrada; y una colección de atuendos religiosos de los siglos XVI al XVIII. Las piezas más importantes debido a su arraigo popular son, un guión sacramental (1760-1765) y un ostensorio (1775). El primero es de plata repujada con campanillas y estuvo expuesto en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Actualmente da paso al cortejo procesional cada año en la fiesta del Corpus Christi Se trata de una de las piezas más representativas de la orfebrería sevillana del siglo XVIII. El rico ostensorio, al igual que el guión de estilo rococó, es una auténtica obra de arte, procesiona igualmente el día del Corpus, su altura es de 85 cm. Y pesa 6,3 kg. Toda la custodia es de plata y piedras preciosas.

   
 
Iglesia Santa María de Mesa
       
   
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