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QUÉ VER EN JORQUERA ALBACETE (ESPAÑA)
 
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Qué ver en Jorquera (Albacete)

   
 

Para llegar andando al centro urbano tenemos que atravesar un puente estrechísimo sobre un paisaje espectacular, es una de las hoces más espectaculares que haya visto porque describe una montaña con forma de barco (parece la proa del Titanic) horadada por el río formando un meandro con un ángulo de 180 grados. A la derecha de la hoz se encuentra suspendido el pueblo de Jorquera.

Rivalizar la arquitectura de Jorquera y de Alcalá del Júcar no tiene sentido porque esta última ha sabido conservar su sabor y la mayoría de casas y calles son de arquitectura árabe, mientras que en Jorquera la mayoría de las casas han sido tiradas o rehabilitadas durante estos últimos años y prácticamente no ves una casa antigua.

Todo esto ni quita un ápice de lo bonita que es Jorquera, primero por su emplazamiento y segundo porque conserva parte de la muralla árabe, casi como la dejaron, y también destaca la iglesia de la Asunción del siglo XV.

Lo primero que te recibe en Jorquera es la Torre de doña Blanca (GPS N 39.174995 W 1.524082). Edificada a mediados del siglo XV, según la tradición, torre que fue construida para mantener cautiva a una dama, Doña Blanca, durante su secuestro; aunque se sabe que era una de las torres, junto a la Torre Armez (hoy desaparecida), que defendían la entrada al pueblo, situadas en la Puerta Nueva y la Puerta de la Villa, respectivamente.

Desde la calle mayor se llega a la iglesia de Santa María de la Asunción del siglo XVI (GPS N 39.174787 W 1.520386), destaca porque tiene las puertas abiertas y solamente se accede al interior para desde una barrera poder ver el interior, si quieres verla mejor iluminada con un euro consigues distinguir mejor los frescos. Pues agradecemos a su párroco esta forma intermedia de mostrarla, entre ver la iglesia cerrada, la iglesia abierta, está esta que puedes verla desde una cancela.

Sobre el altar mayor destacan los frescos donde se ve a la Virgen rodeada de ángeles músicos y portadores de flores con una representación del Espíritu Santo. El conjunto se decora con una serie de aves situadas sobre el arco apuntado que reforzarían el simbolismo mariano que caracteriza el conjunto. Como digo solamente pudimos verlo muy rápidamente pues el euro dura unos segundos.

Los turistas son escasos lo que nos permite hacer un recorrido en silencio por unas calles estrechas y llenas de sabor. Llegamos ante el ayuntamiento, que no tiene nada especial, pero las guías nos indican que allí está cerca la Casa del Corregidor (GPS N 39.174922 W 1.520266), sabemos que estamos ante ella por los tres relieves de la fachada (con el emblema del Marqués de Villena) y la curiosa puerta de madera que su propietaria actual ha puesto unas tiras metálicas para que no pasen las moscas, además la fachada se ha enfoscado y pintado y ha perdido toda su fisonomía.

Subimos por las estrechas calles hasta la parte alta donde se encuentran los restos de las murallas árabes (GPS N 39.176041 W 1.521585). Dicho así pues todo parece normal, pero no es nada normal este rincón, donde las murallas limitan con el cementerio. Bueno pues aprovechando que es el día de los difuntos lo encontramos abierto con un bando del ayuntamiento que nos informa de las normas por el covid en la visita al campo santo, nos limita a permanecer menos de media hora.

Inmediatamente entramos en el cementerio (GPS N 39.1760182 W 1.521201) con la esperanza de poder ver la muralla al completo, cuando tenemos la sorpresa de ver que la muralla con más de 800 años se ha integrado tanto en la vida de Jorquera que constituye el lugar donde se levantan los nichos de enterramiento, solamente se pueden ver pequeños trozos donde se aprecia que aquello fue construido por los musulmanes, incluso algunos lugareños han tenido el privilegio de excavar la muralla y enterrarse dentro y luego ha puesto una pequeña lapida, otros han excavado hacia abajo y se han enterrado de pie, en su cabeza ponen una cruz para señalarlo y los más singulares han ocupado las torres de vigilancia. En este cementerio el único que está espaciado es el panteón de Francisca Sánchez Galindo que ocupa una gran extensión en el campo santo.

Pensando en lo que estamos viendo, podríamos llamarlo el cementerio más variopinto del mundo, no sé que opinara de esto Patrimonio Nacional, quizás no conozca el dato. Porque se ve que el ayuntamiento está empeñado en ocupar por completo la muralla y muchos o la mayoría de los nichos son recientes, a la espera de que se ocupen de nuevos inquilinos. Llegamos a la conclusión de que allí el espacio y suelo debe de ser un problema para tener un cementerio tan atiborrado, no sabemos por qué no ha crecido en el otro sentido porque hay un solar inmenso en lugar de ocupar las preciosas murallas almohades.

Desde aquí seguimos descubriendo Jorquera y sus estrechas calles, pasamos ante la casa del párroco, nos imaginamos quien es el dueño por las rejerías con cruces típica de los pueblos, destaca en su jardín los granados y el color rojo otoñal de sus hojas.

Es la hora de comer y decidimos hacerlo en el único restaurante dentro casco urbano, es casa Ruti (GPS N 39.174786 W 1.523790), afortunadamente nos hacen un hueco para dos personas y pedimos: queso frito con mermelada, fritura de verdura y voladores con mahonesa, postres y bebida, el pan lo ponemos nosotros, pues 32 euros. A las tres de la tarde aquello se llena de tal forma que es imposible entenderse y decidimos pagar y salir corriendo antes de traernos lo que no llevamos, pero nos da tiempo para compramos una botella de aceite virgen extra de la zona de 5 litros por 18 euros.

   
 
   
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