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COURT PALACE DE HAMPTON "LOS TRIUNFOS DE MANTEGNA", REINO UNIDO
 
Directorio:

Los Triunfos de Mantegna Court Palace en Hampton (Reino Unido)

   
 

Uno de los pintores patrocinados por los duques fue Andrea Mantegna, maestro entre los maestros de la pintura italiana. En el museo de la ciudad de Mantua tuvimos oportunidad de poder ver la serie de frescos titulados “Los triunfos de Mantegna” en aquella ciudad pudimos ver el conjunto completo de los nueve frescos pintados y copiados del original por Mantegna entre 1486 y 1492 en las copias originales del siglo XVII, que se encuentra en una casa en Via Mazzini en 1926. La serie, esta dedicada al poema de la antigüedad de Mantegna, son las victorias de César para celebrar las virtudes de la guerra de Francisco II. Y se considera un hito en el patrocinio italiano y fue la obra más valiosa de la colección Gonzaga, que los originales se conservan en Hampton Court Palace.

El hilo conductor del viaje en Matua es poder ver las copias de los frescos y ahora en la ciudad de Hampton se pueden ver los frescos originales del Maestro Andrea Mantegna qué fueron sacados de una forma un tanto oscura de Mantua y llegaron a Inglaterra a las manos de Carlos I.

Aunque también la historia es caprichosa, en este caso, la colección de Mantua fue a parar a las colecciones reales de las cortes europeas, y una gran parte a la corte de Carlos I de Inglaterra, pero como digo la historia nunca está escrita su final, gracias a ello todas las que salieron de la ciudad se salvaron, la mayor parte de las que se quedaron fueron destruidas durante la guerra y, de esta forma las que se marcharon y están en museos europeos ahora podemos admirarlas.

La colección de pinturas de Carlos I de Inglaterra es una de las más famosas de la historia del arte, por dos razones: la calidad de las obras que la formaron y la novelesca historia de su dispersión.

La afición del rey ingles por el arte obedece a la figura de George Villiers, duque de Buckingham, quien despertó el interés de Carlos I por el coleccionismo cuando éste era aún príncipe de Gales. En 1623 viajó a Madrid para pedir la mano de la infanta María (hija de Felipe IV e Isabel de Borbón); volvió a Inglaterra frustrado en su empeño, pero inspirado por la gran colección de pintura de los Austrias españoles. El rey Felipe IV le entrego dos obras de Tiziano, “ la Venus de El Pardo” que ahora se encuentra Musée du Louvre, París y el retrato “Carlos V con un perro” que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid, que despertaron en el príncipe de Gales la afición por el gran maestro veneciano. Durante su estancia en España mandó comprar en Génova los cartones de Rafael para la serie de tapices de Los Hechos de los Apóstoles (Victoria and Albert Museum, Londres). Poco después de subir al trono en 1625 hizo su adquisición más importante, una porción considerable de la colección de los Gonzaga, duques de Mantua, que era rica en obras de Mantegna, Tiziano y Correggio. Además, nobles ingleses y dignatarios extranjeros deseosos de ganarse su favor le obsequiaban con pinturas para conseguir sus favores.

Carlos I siguió los pasos de los Gonzaga y se convirtió en un mecenas eminente de los mejores pintores de su época: Pedro Pablo Rubens, huésped de la corte inglesa en 1629, y a Antonio van Dyck, nombrado pintor del rey en 1632. Durante una estancia en Londres, Rubens recibió el encargo de pintar una serie de telas para el techo de la Banqueting House de Whitehall, que sería una de sus realizaciones más renombradas (terminada en 1635). Las mejores pinturas de la colección del monarca se exhibían en dos de sus principales palacios londinenses, Saint James y Whitehall. Un inventario de las obras de Whitehall levantado en 1640 por su conservador Abraham van der Doort informa detalladamente sobre sus fondos. La actividad coleccionista de Carlos I se vio detenida por los sucesos que en 1642 desembocaron en la Guerra Civil Inglesa. Perdida la guerra, el 19 de enero de 1649 murió ejecutado por los parlamentarios, quienes decidieron vender su colección para liquidar las deudas de la Corona. La llamada Almoneda de la Commonwealth , que empezó en el otoño de 1649 y acabó en enero de 1654, sacó al mercado más de mil quinientas pinturas de la colección real, así como importantes tapices, esculturas y objetos de adorno. De las pinturas más famosas, muchas fueron adquiridas por el embajador español Alonso de Cárdenas para don Luis de Haro, marqués de Carpio y ministro principal de Felipe IV. Haro a su vez obsequió al rey con las mejores, que acabaron pasando al Museo del Prado. Entre ellas se cuentan El tránsito de la Virgen , de Mantegna, El Lavatorio, de Tintoretto, Moisés salvado de las aguas del Nilo, de Veronés, Sagrada Familia, llamada «la perla», de Rafael, y Autorretrato, de Durero. Otros cuadros importantes fueron comprados para el cardenal Mazarino y el banquero franco-alemán Everhard Jabach y se encuentran en el Musée du Louvre de París.

Como digo la principal razón que nos trae a este palacio es poder contemplar la obra original de Andrea Mantegna que se titula “Los triunfos del César”, que ilustra un grandioso desfile militar (Triunfo romano), con Julio César sentado en un carruaje y multitud de abanderados, músicos y demás figuras portando armas y objetos valiosos.

Para este ciclo Mantegna pintó nueve lienzos en un periodo largo, aproximadamente entre 1485 y 1505, y se supone que a su muerte en 1506 quedó inacabado, ya que luego se sumó un décimo cuadro debido a otro autor siguiendo presumiblemente bocetos dejados por el maestro. Para la exhibición de la serie se construyó una galería en el Palacio de San Sebastiano, uno de los edificios del gran complejo ducal de Mantua (Italia). Son lienzos de gran formato (de 2,66 x 2,78 metros cada uno) pintados con una mezcla de témperas, clara de huevo y cola. De los diez subsisten actualmente los nueve de Mantegna; por suerte el diseño del décimo (Los senadores) se conoce gracias a diversas copias en grabado. A lo largo de un siglo el conjunto fue reproducido por diversos grabadores, como Giovanni Antonio da Brescia y Andrea Andreani, por lo que gozó de fama europea antes de moverse de su emplazamiento original.

En 1629 Carlos I de Inglaterra protagonizó una de las mayores compras artísticas de la historia: adquirió por 25.000 libras de la época una amplia selección de las mejores pinturas de los Gonzaga, incluyendo Los triunfos, que llegaron a Hampton Court al año siguiente y se colgaron en la llamada Lower Orangerie, un pabellón que se había erigido para la reina Mary II como invernadero de plantas exóticas.

Tras la ejecución de Carlos I, la colección real se dispersó y en parte se repartió entre sus múltiples acreedores, pero Oliver Cromwell decidió retener Los triunfos, junto con los igualmente célebres cartones de Los hechos de los Apóstoles, obra de Rafael Sanzio.

En el siglo XIX su estado de conservación era muy malo, y fueron sometidos a una lenta restauración entre 1962 y 1974, durante la cual fueron liberados de repintes ajenos a Mantegna. Esta intervención no se pudo efectuar al séptimo lienzo (Los prisioneros), porque apenas conservaba pintura original bajo los repintes y hubiese sido contraproducente eliminarlos.

   
 
Los Triunfos de Mantegna