Los jardines del Gran Trianón conservaron las grandes divisiones creadas en la época del Trianón de Porcelana (1670-1687), que se destruyó para dejar el lugar al Gran Trianón. Concebido originariamente por el jardinero Bouteux, sobrino de Le Notre, los jardines volverán a rediseñarse por el tío hasta su muerte, en 1700.

Jules-Hardouin Mansart terminará algunos bosquecillos, inacabados. Las esculturas de plomo, procedente esencialmente de los bosquecillos del Pequeño Parque destruidos anteriormente, no aparecerán hasta 1704. Los grupos de niños tallados por Girardon, colocados en lo alto del jardín, proceden de la antigua sala de los banquetes destruida en 1706. Luis XIV plantará los naranjos y las flores en el Jardín Bajo, adornándolo con una fuente octogonal decorada de un grupo tallado por Gaspard Marsy.

La corte se solazaba en estos vastos jardines con grandes fiestas, cuyo recuerdo palpita en numerosas memorias escritas durante aquella prolongada época. Los artistas y literatos, que gozaban del privilegio de la protección real, participaban en estas festividades versallescas. Moliere, con su compañía teatral, estrenó allí sus mejores comedias, y la Ifigenia de Racine se compuso para uno de estos festejos. En 1664 Luis XIV ofreció una fiesta en honor de Mademoiselle de La Valliere , a la que se llamo "Les Plaisirs de l'Ile Enchantee", que duró tres días seguidos. Todavía fue más espléndida la fiesta organizada en 1674 para celebrar la conquista del Franco Condado a España. Estos jardines son, todavía hoy, lo que más aprecian los visitantes que cada día acuden a Versalles. En comparación, las salas del palacio, parecen tristes y destartaladas pese al lujo de las paredes y techos pintados. Faltan allí los cortesanos y damas ataviados con cintas, galones y blondas.