El pueblo de Oradour sur Glane sufrió el mayor ataque que puede hacerse, no fue el producto de una guerra donde la gente muere como daño colateral al propio conflicto, aquí no son esas la razones, aquí se dan las peores circunstancias dentro de un país ocupado y unas gentes que son literalmente exterminadas.

Después de la guerra se decide investigar los hechos de Oradour y se aprueba la construcción de un nuevo pueblo unos metros más adelante. Durante muchos años los restos estuvieron en el olvido y no es hasta 1992 cuando se dan las primeras iniciativas para la creación de un memorial. No para que cuente como fueron los hechos acaecidos en el lugar (todavía estas bajo secreto durante 100 años), sino para que quede en la memoria de todos que este tipo de hechos son de tal barbarie que es necesario que nunca se vuelva a repetir. En 1994 se crea un concurso internacional para el diseño del sitio.

En 1999 el presidente del Estado Jacques Chirac inaugura el museo dentro de los terrenos pertenecientes a las ruinas del antiguo pueblo de Oradour.

El museo es como un viaje desde nuestro mundo actual hasta retroceder al año 1944, pasando por unas aulas didácticas donde nos presentan lo acontecido y las circunstancias del momento, por un túnel nos trasladan voluntariamente hasta uno de los hechos más horribles de la historia. Del otro lado podemos sentirnos como si fuese el día después.

Se había establecido que del interior del antiguo Oradour no se debía poner nada nuevo y quitar nada de cómo se quedo, el pueblo quito algunas cenizas que fueron trasladadas al cementerio.

La sensación es penetrar en un escenario cinematográfico de un plato perteneciente a una película de guerra; el silencio del lugar es sepulcral, solamente roto por los continuos disparos de las cámaras fotográficas.

Las calles están tal como las dejaron los nazis el día 10 de junio de 1944, su preservación fue aprobada en 1946 para que se dejase el pueblo tal como se encontraba, tras la matanza.

El pueblo de Oradour no era un pueblo pequeño llego a tener más de mil quinientos habitantes, tenia estación de tranvía, cuyos vagones pasaban por la calle principal, de lo que aun se conserva los raíles y los tendidos eléctricos.

La visita se hace de sur a norte, hasta llegar a la zona donde se encontraba la iglesia en la que fueron asesinados las mujeres y los niños.

La calle perpendicular a la arteria central nos conduce hasta el cementerio donde en una tumba colectiva fueron depositados las cenizas con los restos no identificados, fue financiado con las aportaciones de uno de los supervivientes que perdió toda la familia. El Estado había previsto la construcción de una gran cripta, pero en 1953 después del juicio para buscar responsabilidades por el hecho, en que fueron amnistiados los principales culpables, los familiares rechazaron la ayuda del Estado y se construyeron las tumbas individuales y otras colectivas. De los 642 muertos, solamente 52 fueron identificados sus restos, lo demás fueron dados oficialmente como desaparecidos.

Se instalaron 8 placas de mármol negro con los nombre de los 642 muertos, además de otras placas que fueron colocándose como reconocimiento a la memoria de los caídos: por sindicatos, partidos políticos, miembros de la resistencia, incluso hay una placa que identifica a los 18 españoles que murieron ese día, eran personas republicanas que habían huido de la barbarie en la guerra española y llegaron a un pueblo presumiblemente apacible donde encontraron la peor de las muertes, imagino que son cuestiones del destino, los nombres que aparecen en la placa conmemorativa del cementerio hace referencia: Espinoza, Carmen (30 años); Gil Espinoza, Francisca (13 años);Gil Espinoza, Pilar (15 años); Gil Egea, Francisco (49 años); Lorente, Nouria (9 años); Lorente, Antonia (29 años); Masachs, Emilia (11 años); Masachs, Angelina (8 años); Serrano, José (29 años); Serrano, María (31 años); Serrano, Armonía (3 años); Serrano, Esther (1 año); Serrano, Paquita (1 año);Telles, Domingo (45 años); Telles, María (31 años); Telles, Miguel (11 años); Telles, Armenia (28 años); Telles, Philibert (2 años).

La historia transcurre el día 10 de junio de 1944, eran las 14,00 horas cuando llegan a la ciudad de Oradour-sur-Glane un convoy de soldados de la Waffen S.S. ‹‹Das Reich›› comandos mandados por el General Lammerding, lo primero que hicieron fueron cortar las entradas y las salidas al pueblo. Instalaron el puesto de mando en la Granja La Maset, situada a las afueras del pueblo en las cercanías del río Glane.

La gente disfrutaba de los postres de la comida de un mediodía cualquiera, en principio no se alarmaron pues nunca habían tenido problemas con las tropas de ocupación alemanas.

Las tropas estaban mandadas por Sturmbannführer Adolf Diekmann, se detuvo en la plaza del mercado y llamo al alcalde para indicarle que debían de comparecer todos los vecinos del pueblo para un control de identidad.

Unas veinte personas no hicieron caso de la llamada y se escaparon dando un rodeo por la parte del pueblo no controlada por los alemanes, durante ese momento se empezaron a escuchar tiros sobre las personas que huían.

Son las 15,00 horas cuando la mayoría del pueblo se acerca hasta la plaza del mercado son en total 650 personas; los soldados van registrando una por una todas las casas del pueblo.

A las 15,30 son separados los hombres de las mujeres y los niños. Estos últimos fueron conducidos a la iglesia; los alemanes piden al alcalde seleccione un grupo de 30 rehenes, a lo que se niega en rotundo, indicando que sean ellos quienes hagan esa selección.

Los hombres son sentados en tres filas de cara a la pared, a través de un oficial alsaciano (francés colaborador con los alemanes) se indica a todos los hombres que están buscando armas y se va registrar las casas, si alguien posee algún tipo de armas prohibidas será el momento de declararlo para evitar molestias.

A las 16,00 horas se escucha una explosión, no pudiéndose saber de donde procedía, no sabían se había sido un accidente con una pistola o un disparo al aire con una ametralladora. Parece ser que fue una señal para empezar a disparar a los hombres indefensos.

A las 17,00 horas, en la iglesia exploto una bomba con mucho humo negro asfixiante, las mujeres y los niños se aterrorizaron, los soldados alemanes comenzaron a disparar a sangre fría sobre la multitud; Margarita Rouffanche fue la única superviviente se hizo la muerta.

Durante la siguiente hora los alemanes fueron cazando a todos los hombres del pueblo en diferentes puntos. Algunos fueron descubiertos en su propia cama y fueron allí mismo quemados. Un grupo de ciclistas que llegaron a Oradour durante este tiempo fueron detenidos, asesinados frente a la fragua Beaulieu, arrojados al pozo de la entrada al pueblo. Algunos de los ciudadanos que vivían fuera de la ciudad llegaron para buscar a sus hijos y eran igualmente asesinados.

A las 18,00 horas llega el tranvía a la ciudad, se para a las afueras de la ciudad, solamente lleva un ingeniero que es inmediatamente asesinado, el conductor y su ayudante se da la vuelta con el tranvía.

De total de muertos tan solo 52 fueron reconocidos como tales con su certificado de defunción. Se prende fuego a la iglesia, el Bar, y poco a poco el fuego llega a todo el pueblo. Los hermanos Pinède que estaban refugiados en el Hotel Avril salieron para evitar ser pasto de las llamas y se refugiaron en una de las casas de las afueras “La Martinerie” esa misma noche llego a la misma casa otros dos huidos, Robert Hebras y Borie Mathieu después de su huida desde granja Laudy.

A las 21,30 el grueso de las tropas alemanas abandonan la ciudad y la gente empieza durante la noche regresa a Oradour para saber de sus hijos que asistían al colegio.

A las 6,00 horas del domingo día 11 de junio de 1944 todos los alemanes abandonan el pueblo, los franceses poco a poco llegan y averiguan la verdadera naturaleza de la matanza, en total 652 personas perdieron la vida ese día.