La iglesia de los Dominicos fue iniciada su construcción en 1283 por orden Rodolfo I de Habsburgo prolongándose las obras hasta bien entrado el siglo XIV, esta dentro del estilo de las órdenes mendicantes. En su exterior tiene una despojada torre de crucero.
Con el abandono de los dominicos de la observancia estricta (pobreza) se multiplicaron las donaciones de los comerciantes de una de las ciudades más ricas y poderosas; esto se exporto a toda la orden religiosa partiendo de Colmar sus nuevos postulados.
Con la Revolución Francesa todo este poder se vino a bajo y el monasterio tuvo que abandonarse pasando a ser un almacén de grano durante todo el siglo XIX, siendo restaurada y devuelta al culto en 1898.
En la portada meridional de la nave todavía se conserva la antigua portada gótica y en el tímpano se representa la Virgen con un Niño, figura neogótica.
El interior, la planta esta dividida en tres naves, la central es mucho más grande que las laterales, destaca por su amplitud y la elegancia de sus columnas. El ábside donde se expone otra de las obras maestra del arte que atesora la ciudad de Colmar, es una de las obras cumbres de la pintura de la Edad Medival , se trata del retablo titulado ‹‹ La Virgen del Rosal Silvestre›› obra del pintor Martín Schongauer, pintor nacido en esta ciudad en 1450, estudio en Leipizg (Alemania), viajo y aprendió el arte del grabado con buril, y logro ser uno de los mejores representantes junto a Durero. La obra realizada sobre un fondo dorado, siguiendo los cánones de la tradición medieval, destaca la expresión de la Virgen y la colocación de sus manos, el rostro del niño Jesús, el vuelo del vestido que parece autentica seda y el tratamiento de las flores y pájaros. Esta obra estuvo colocada en un altar de la Colegiata de Saint-Martín hasta 1972 en que fue robado. También a sus espaldas donde se sitúa el coro y sobre las ventanas lucen magníficos vitrales del siglo XIV. Las sillerías del ábside provienen de las desaparecidas abadías de Pairis y Marbach. |